Susurros del Cedrón

 Cuando era niña jugaba mucho en el patio de mi casa. Pasaba casi todo el día entre arboles, tierra, acequias y eran mi panorama favorito: inventando juegos, historias, también observando, preguntandome muchas cosas y oliendo mucho; recuerdo todo eso como un gran disfrute de todos, TODOS los sentidos... incluído el sexto sentido...

El patio era largo, grande, con muchos arboles, plantas y mucha vida, entre ellos había una especie que me deleitaba profundamente con su olor: el Cedrón

...Me gustaba adentrarme entre sus hojas, cerrar los ojos y sentir su exquisita fragancia siempre. Pero hubo, un día, en medio de la tarde, entre juegos y exploraciones, me acerque a él y esta vez me quede mucho rato mirándolo, quizas tratándolo de escuchar...

...tomé entre mis dedos una hoja con ese olor y colores intensos... la observé atentamente, sentía la calidez de la luz del sol que inundaba toda la escena de manera muy brillante y asi mis ojos se centraron en la nervadura, aquella linea de al centro, la que de a poco me comenzó a hablar: 

"la línea del centro es el principio de todo y aunque cada nervadura secundaria tomen caminos distintos, todas las lineas estan unidas y son parte de lo mismo, pues todos estamos unidos por el camino del medio"

Fue ahí que en la simpleza y mi inocencia infantil supe que esta hoja era y representaba a la vida misma, todos eramos parte de un gran multiverso: de una hoja, y que independiente del camino que tomemos; todos todas... todos, estamos unidos por una gran "nervadura principal".

No recuerdo qué más pasó o los días siguientes a eso, de hecho olvide este episodio por muchos años y sólo lo volví a recordar cuando me vine a vivir a la casa que hoy me cobija donde me encontré nuevamente con un árbol de cedrón...

Aquella vez,  fue mi primera "volá" jajaja y también mi primer dialogo con una planta, donde ella me habló, el cedrón me susurró...



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